A veces la realidad se me antoja ajena;
el dolor no duele,
la felicidad no se siente,
el viento no sopla,
el río no suena.
A veces la realidad se me antoja ajena;
el amor ya no hiere,
la verguenza ya no apena,
la pena es sólo de las almas,
la amargura ya no quema.
La realidad hoy se me antoja ajena;
hoy ya no estás,
hoy ya no te siento,
hoy no sólo te olvidé a ti;
hoy olvidé también tus recuerdos.
Ayer no era una de esas veces;
ayer el dolor dolía,
ayer tu amor me hería;
ayer tú, amor, me herías,
ayer la felicidad
tampoco se sentía.
Ayer no te me antojabas ajena;
la verguenza me apenaba,
la pena era mía,
la amargura me quemaba.
Ayer eras mía.
domingo, 17 de febrero de 2013
Ayer eras mía
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